lunes, 27 de diciembre de 2010

Que ser valiente no salga tan caro.

Hoy, un maestro (el de casi siempre) me ha recordado que estáis ahí y quiero que hoy el brindis sea por todos vosotros. Un brindis por los valientes, por esos que sonreís a toda costa incluso cuando a toda costa sería demasiado para cualquier persona. Por los que cuando caéis os levantáis más rápido que nadie para tender todas las manos posibles y ayudar a levantarse a los demás. Esos a los que a veces os gustaría tener cien brazos para abrazar a todo el que os rodea sin daros cuenta de que también necesitáis un abrazo, o dándoos cuenta, pero decidiendo darlo vosotros antes porque sabéis que sois más valientes y creéis que el vuestro siempre puede esperar.

Hoy me apetece abrazaros a mí porque estoy orgullosa de vosotros, porque os he visto ofrecer esas manos y dar esos abrazos y valen más que ninguno y porque además, más de una vez los he recibido yo. Porque ser valiente es difícil y es cierto que a veces sale caro pero lo que es seguro es que ser cobarde no vale pena. Porque os merecéis que el fin del mundo os pille bailando y porque no dejaré que el maquillaje (ni nada en el mundo) apague vuestra risa.

Gracias por existir.

3 comentarios:

  1. Qué bonito es estar rodeado de gente así.
    Hay que valer mucho para dar un abrazo cuando también se necesita. Me ha encantado Ana, de veras =)

    ResponderEliminar
  2. Una vez me preguntaste "¿Quién te abraza a ti?" Cuando yo te abrazo, tú me abrazas. Cuando yo te hago reír, nos reímos juntas. Cuando te digo que como mínimo un 6,5, es porque creo, de todo corazón que es lo mínimo que nos merecemos.

    Cuando estoy tocando fondo, cuando las sonrisas empiezan a escasear y la voz se esconde, impidiéndome pedir(os) abrazos, las palabras, tus palabras, me salvan, me elevan, me animan, me dan los soplos de esperanza que pierdo por momentos, pero ya sabes, que a pesar de todo, sigo sonriendo. Cuando los ánimos escaseen, volveré aquí, para que tus abrazos-palabra, me hagan estremecer de nuevo.

    Gracias Ana, a ti también, por existir.

    ResponderEliminar