Ya tocaban muchas cosas. Una de ellas era actualizar pero otra, y casi tan importante, era no tener necesidad de hacerlo para quejarme de la vida en general (para el señorito que se dé por aludido, la actualización moñas tendrá que esperar a que me den palos otra vez en febrero =P). Una buena racha desde aquel primer domingo de septiembre. Ya tocaba una convocatoria buena, hacer planes y cumplirlos y tener huevos a ponerse metas que hacen temblar piernas. Ir a donar sangre sola y tener un Bob Esponja y un vestido nuevo. Tomar un montón de café solo, merendar zanahorias, beber lambrusco y hablar en inglés pensando en mañana. Hacer un montón de fotos de cada rincón siendo completamente consciente de que esto es el comienzo de un fin. Ya me tocaba volverme seria y crecer a la vez que beber tequila porque me siento bien, tener tiempo para todo y ganas de aprovecharlo y disfrutar cada segundo, aunque sean segundos de mecánica clásica.
Llevaba mucho días queriendo dar señales de vida por aquí y sin saber cómo pero qué mejor día que hoy, qué mejor día que un cinco de noviembre. Recuerden, recuerden...