Creces, maduras, cumples años, vives lejos de tus padres, ya no estudias filosofía por obligación, no vuelves a las cuatro a casa pero un día en el cuarto que tú misma has desordenado y decorado a tu gusto, sentada sobre una silla que tú te has comprado en Ikea te das cuenta de que los dieciséis años te persiguen. Entre las cuatrocientas y pico canciones que has puesto a sonar aleatoriamente un poco hasta los cojones de la publicidad de Spotify suena Blink-182 y te das cuenta de que podrías seguir incluyendo I miss you entre tus canciones favoritas. De hecho te das cuenta de que te sigue poniendo la carne de gallina...
Lo dicho…
Lo dicho…
Me siento orgullosa de haber presenciado el momento de "esta canción la llevo escuchando desde que tengo 16 años y aún me gusta" ^^
ResponderEliminarComo comentábamos el otro día, menos mal que nos fuimos a estudiar fuera de casa =P