jueves, 7 de enero de 2010

Feliz enero

En mí opinión acaba de empezar el mes más desagradable del año. Un mes frío y oscuro que no sólo se me hace pesado a mí sino que es mundialmente conocido por su famosa cuesta. De esta cuesta suele hablarse como cuesta arriba, como todo más para unos que para otros, pero para mí enero es un mes completamente cuesta abajo. Un mes que comienza por las nubes con el subidón de la Nochevieja y termina por los suelos en plenos exámenes de febrero. Un mes de largas horas de silla y pocas de sueño. Definitivamente, un mes en el que cada día es menos interesante que el anterior.

Por si esto fuera poco, además enero tiene un factor extra de auto tortura que nosotros mismos nos imponemos cada año: los propósitos de año nuevo. Soy poco amiga de las navidades en general pero detesto especialmente los villancicos y estos propósitos del demonio. Se trata de promesas que se hacen para incumplir pues tenemos antecedentes de no haberlas respetado otros años pero que le dan a la oscuridad de enero un tenue tono de remordimiento.

Presumo de íntima enemiga de los propósitos de año nuevo pero debo reconocer que incluso yo hice alguno. Fue algo en plan Light y sin darle demasiada importancia pero, al fin y al cabo, igualitos que los que pueda hacer cualquier otra persona. El resultado: aproximadamente nulo. Hice cuatro, los dos primeros se me cayeron en un vaso la misma noche del 31, el tercero cayó cuatro o cinco días después y el cuarto aún no he tenido tiempo de incumplirlo pero no por eso tiene más esperanzas. Todo eso a pesar de que pasé de los típicos “ponerse a dieta el día 7 de enero”, “estudiar desde el primer día” y “salir menos” porque soy consciente de que concretamente esos son los más solicitados y están asociados directamente al desastre. En cuanto a los remordimientos, no soy de esas, mejor me iría si tuviese, pero no por eso mi enero va a ser menos horrible que el tuyo.

Después de un par de párrafos haciéndoos conscientes, pero sobre todo haciéndomelo a mí misma, de lo que se nos viene encima sólo me queda desearos feliz enero y muy próspero estudio.

5 comentarios:

  1. Joder cuánto optimismo...

    En fin, ya sabes que yo tampoco soy amigo de esos propósitos, no sirven para nada. No me gusta escuchar: "los gimnasios aumentarán un 30% sus ganancias este mes". No me gusta escuchar: "este año voy a estudiar". No me gusta... no me gusta nada de nada.

    En cuanto al estudio... puede tener su recompensa. Un buen trabajo puede proporcionarte ya en febrero la más desenfadada de las borracheras, te lo garantizo.

    Deja de actualizar y estudia más anda. Un beso.

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  2. yo no siento ninguna clase de remordimiento. esa es la ventaja de no hacer propósitos de año nuevo =D
    por qué iba a ser el día 1 de enero mejor que cualquier otro para proponerse algo...

    anita_204

    ps. ánimo con las cuestas! independientemente de la pendiente que tengan

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Deberias hacer propósitos de año nuevo conmigo, ya verás cómo son muuuuucho más divertidos que los del resto de la gente, y te lo pasas bien intentando hacerlos realidad, además los deseos de botellita se me cumplen :DDD (mas o menos, mis dioses y yo seguimos discutiendo acerca de algún punto) voy a verte al cuarto de luis que te oigo hablar, me sentaré en tus piernas y gemiré un poquito, cuando leas esto lo entenderás, así asumirás de una vez que yo controlo el futuro. Y lee mi puto blog zorra de mierda

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  5. Entre tanto deseo de año nuevo, un poco de Haití...

    http://www.elpais.com/articulo/Pantallas/Haiti/elpepirtv/20100115elpepirtv_2/Tes

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